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5º DOMINGO DESPUÉS DE PASCUA

Los pámpanos se mueren sin su vid. Yo soy la vid, vosotros los pámpanos; el que permanece en mí, y yo en él, éste lleva mucho fruto; porque separados de mí nada podéis hacer. ¿Cuántas veces te has dejado tentar y vencer por el deseo de quedar bien ante terceros, aún sabiendo que lo que haces o dices es total o parcialmente falso? ¿Acaso no has engañado a algunos hombres fingiendo ser o realizar algo que realmente no eres o no haces? Tu vida caduca, fruto del pecado que habita en ti, no se funda en el amor hacia Dios, sino en el amor hacia ti mismo. El viejo Adán quiere ser glorificado ante los hombres. Es tu tendencia innata desde la Caída. El Señor te dice “el que se humilla será enaltecido y el que se enaltece, humillado” pero su Palabra no termina de modificar la conducta de los hombres, empecinados en gloriarse. El Señor te dice “busca el reino de Dios y todo lo demás se te añadirá” pero su Palabra no es tenida por suficiente cuando confías más en tus riquezas que en la Provi

3º DOMINGO DE PASCUA

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Mateo 14: 22-32 Pero al ver el fuerte viento, tuvo miedo; y comenzando a hundirse, dio voces, diciendo: ¡Señor, sálvame! Al momento Jesús, extendiendo la mano, asió de él, y le dijo: ¡Hombre de poca fe! ¿Por qué dudaste? ¿Señor, eres verdaderamente tú?” Preguntó Pedro al ver a Jesús cual fantasma caminando sobre las turbulentas aguas del mar de Galilea. Las olas azotaban sin piedad la barca durante la noche, mientras el Mesías se aproximaba a ellos sobre la faz de los mares. Pedro, tan valiente, tan directo, se adelanta a sus compañeros en fe y no solo cree que es Jesús quien se acerca a ellos sino que le ordena que le permita a él también caminar sobre las aguas. Jesús le toma la palabra y le dijo: Ven. Descendió de la barca y Pedro, con una fe inicial poderosa, confiando en el poder de su maestro, comenzó a caminar sobre las aguas para ir a Cristo. ¿Ves la disposición del corazón de Pedro que sin temer las olas o la posibilidad de hundirse baja de la barca y camina sobre la

2º DOMINGO DE PASCUA

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Bienaventurado tú que ves a Jesús con los ojos de la fe. Juan 20:19-31. Jesús le dijo: Porque me has visto, Tomás, creíste; bienaventurados los que no vieron, y creyeron. Encerrados todos en el Cenáculo, algunos discípulos dudaban de la resurrección de Jesús. Quizás sea una sugestión; a lo mejor son locuras de mujeres. Es posible que hayan visto a un fantasma. Imagino tales palabras en sus mentes. Tomás representa el pecado de incredulidad. Tomás se dice que afirmó:  Si no veo en sus manos la señal de los clavos, si no meto el dedo en el agujero de los clavos y no meto la mano en su costado, no creeré. Entonces aparece Jesús. Reaparece con uno de sus últimos y más ignorados milagros: estando las puertas cerradas, se aparece en medio de los apóstoles, diciendo: Paz a vosotros. ¿Cuál ha sido tu incredulidad? ¿Dudaste de la resurrección corporal del Señor? O ¿quizás desconfiaste de la presencia de Cristo en tu vida? Los apóstoles, aterrados por el miedo de los judíos, solo v

DOMINGO DE RESURRECCIÓN.

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La tumba vacía es tu victoria. Lucas 24: 1-12. Es necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y que sea crucificado, y resucite al tercer día. ¿Quién es realmente Jesús para ti? Muy temprano en la mañana tras el día de descanso, algunas mujeres, fieles a la memoria de su amado Maestro, acudieron a su tumba excavada en la roca con el fin de ungir su cuerpo con perfumes, según la costumbre de su pueblo. Ellas, obedientes y devotas hasta el fin, estaban tristes por la pérdida violenta de su Rabí. Fíjate en su actitud: ellas no huyeron ni se escondieron por temor a los judíos rabiosos, como hicieron los apóstoles, sino que se lanzaron a dar un sepulcro digno a su maestro. Sin embargo, esa actitud tan entregada hasta el fin, escondía realmente una ignorancia aparente sobre la verdadera identidad de Jesús de Nazaret. Todos sus discípulos habían escuchado hasta la saciedad las profecías que Jesús lanzaba sobre su persona; Él explica cada jornada qui

DOMINGO DE RAMOS

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Juan 11: 55 – 12:13 Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume. Y dijo uno de sus discípulos, Judas Iscariote hijo de Simón, el que le había de entregar:  ¿Por qué no fue este perfume vendido por trescientos denarios, y dado a los pobres?   Se acercaba el día del sacrificio definitivo. Seis días antes de la Pascua, Jesús puso sus pies en dirección a la aldea de Betania, allá donde poco antes había devuelto a la vida a su amigo Lázaro. En casa de sus amigos, Lázaro, Marta y María, celebran una cena junto a sus discípulos. Sus apóstoles y amigos aún no habían comprendido que Jesús, seis días después, se inmolaría en sacrificio por sus pecados. María creía. Ella que jornadas atrás había conmovido a Jesús con su tristeza tras la muerte de Lázaro, tomando una libra de caro perfumo, unge los pies de Jesús y los enjugó con sus cabellos, llenándose la casa del

QUINTO DOMINGO DE CUARESMA

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Juan 11:1-52. No importan tus pecados, solo Jesús puede liberarte. Y Jesús, alzando los ojos a lo alto, dijo: Padre, gracias te doy por haberme oído. Yo sabía que siempre me oyes; pero lo dije por causa de la multitud que está alrededor, para que crean que tú me has enviado. Y habiendo dicho esto, clamó a gran voz: ¡Lázaro, ven fuera! Y el que había muerto salió, atadas las manos y los pies con vendas, y el rostro envuelto en un sudario. Jesús les dijo: Desatadle, y dejadle ir.   Una vida repleta de pecados da vergüenza. Su aroma es putrefacto; contamina el alma y el cuerpo, hace que te sientas impotente y tu honor queda por los suelos. Te sientes atrapado en las cadenas del pecado y la tentación te impide mover. Desde el día que naciste, desde que fuiste concebido, anduviste en pecado. Muchos días con pecados a tus espaldas. Tantos pecados que te pueden llevar a la muerte. Cuatro días fueron los que el cadáver del joven Lázaro permaneció en el sepulcro. ¿Por qué Jesús se dem

4º DOMINGO DE CUARESMA

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¿Conoces verdaderamente a Jesús? Evangelio Juan 7: 2-30 Jesús entonces, enseñando en el templo, alzó la voz y dijo: A mí me conocéis, y sabéis de dónde soy; y no he venido de mí mismo, pero el que me envió es verdadero, a quien vosotros no conocéis. 29 Pero yo le conozco, porque de él procedo, y él me envió En un mundo occidental cultural y tradicionalmente cristiano, desde niños se enseña a sus habitantes algunos rasgos y eventos relacionados con Jesús. Es generalmente conocido que nació en Belén, de la Virgen María, en un pesebre, que hizo milagros, se rodeó de sus 12 apóstoles, fue traicionado por uno de ellos, murió en la cruz y resucitó al tercer día. Todo ello es bien sabido, pero, ¿te has parado a pensar alguna vez quien era realmente ese Jesús, ¿qué naturaleza tenía?¿era un profeta como Moisés?¿un ángel como Gabriel?¿era el mismo Dios? Los judíos que rodeaban a Jesús en el templo no lo conocían. A ellos se les había revelado el plan de Dios para la salvación de su puebl