QUINTO DOMINGO DE CUARESMA
La victoria de la vida sobre la muerte ganada por Cristo. Juan 11:17-44 Yo soy la resurrección y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto? Seguramente haya partido de esta vida alguien querido en tu vida. La vida terrenal es finita y provoca sufrimientos ende redor. En los momentos de luto iniciales, el dolor puede ser desgarrador, desesperanzador, no apreciándose por ningún lado la luz y la paz. El dolor se extendía por las calles de la aldea de Betania, próxima a Jerusalén desde el este. Había fallecido un joven conocido de la localidad: Lázaro, amigo y discípulo de Jesús y hermano de María y Marta. Los vecinos acudían a la casa de la familia a consolar a las dolientes hermanas. Anteriormente, ellas al ver el estado moribundo de su hermano, habían mandado avisar a Jesús en Galilea de la situación. Ellas confiaban en que podía llegar a tiempo para sanarlo. Pero no fue así. Cuando Jesús llegó,