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Mostrando entradas de diciembre, 2022

DOMINGO DE NAVIDAD

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  Lucas 2: 6-20 Vinieron, pues, apresuradamente, y hallaron a María y a José, y al niño acostado en el pesebre. 17 Y al verlo, dieron a conocer lo que se les había dicho acerca del niño. Y todos los que oyeron, se maravillaron de lo que los pastores les decían Era una noche fría y aparentemente oscura en Belén Efrata, en Judea, cuando la tierra se estremeció. La joven pareja María y José, provenientes de su residencia en el norte, en Nazaret de Galilea, se vieron forzados a refugiarse en una de las oscuras grutas que rodean la ciudad de David. Allí, en la oscuridad de la fría noche, María dio a luz un bebé hermoso que cambiaría el curso de la historia, que cambiaría tu vida. Un pesebre en la roca usado para abrevar a las bestias le sirvió de cuna al recién nacido. La luz nace entre las tinieblas. En pecado te concibió tu madre, dice el Salmo 51. Desde que eres bebé en el vientre de tu madre una mancha indeleble de pecado y de oscuridad corroe tu alma. Tú que necesitas siempre lo

SEXTO DOMINGO DE ADVIENTO

El camino seguro del que vino. Isaías 35: 1-10 Dios mismo vendrá, y os salvará. Entonces los ojos de los ciegos serán abiertos, y los oídos de los sordos se abrirán. ¿No te has preguntado alguna vez cual es el sentido de tu vida? Pensaste que el sentido de tu vida era tu trabajo, tu familia, tus aficiones, tus placeres o tus vicios. ¿Dónde encuentras consuelo y esperanza ante los problemas de tu día a día? ¿Hacia dónde emprendes tus pasos? ¿Tienes la certidumbre de que el camino emprendido es cierto? ¿Te sientes vacío o inseguro por tus decisiones? Isaías, uno de los profetas mayores que habitó en reino de Judá, sabía que en la vida de cada hombre hay dos caminos: la vía fácil de lo cómodo y la vía angosta de lo santo. La vida de este buen varón transcurrió entre continuos consejos a los reyes de Judá para que se apartaran del tentador camino de aliarse con pueblos extranjeros como los egipcios o los asirios. Todo ello por el peligro de la idolatría que ello conllevaba. Sin embar

Confiando en Moisés, Israel se liberó de la esclavitud. Confiando en Cristo, te liberas del pecado.

Éxodo 3:1-4:17 En verdad os he visitado, y he visto lo que se os hace en Egipto;     y he dicho: Yo os sacaré de la aflicción de Egipto a la tierra del cananeo, del heteo, del amorreo, del ferezeo, del heveo y del jebuseo, a una tierra que fluye leche y miel.   ¿Cuál es tu Egipto?¿Dónde y por qué sufres como hijo de Dios? El padecimiento de los hijos de Israel en Egipto databa de tiempos antiguos. Desde la buena vida en la época de la peregrinación, primero de José y luego de Israel, con los restantes clanes hasta la época del faraón Ramsés transcurrieron 430 años (Éxodo 2:40). Generaciones de israelitas sufrieron humillaciones y penurias mientras levantaban templos a ídolos y ciudades para mayor gloria de los que los aplastaban. La promesa del Dios de sus padres, de Abraham, había quedado en el olvido, oculta bajo las arenas del desierto. Las historias de los patriarcas pasaban de generación en generación oralmente con la esperanza cada vez más tenue de recuperar la libertad. A ju

QUINTO DOMINGO DE ADVIENTO

  Muestra a los demás el reino de Dios que habita en ti. Lucas 17:20-24. Preguntado por los fariseos, cuándo había de venir el reino de Dios, les respondió y dijo: El reino de Dios no vendrá con advertencia, ni dirán: Helo aquí, o helo allí; porque he aquí el reino de Dios está entre vosotros “Señor, si estuvieras aquí conmigo, no tendría tanta aflicción. Señor, te necesito, ¿Por qué no acudes a rescatarme de mis pesares? No entiendo el sentido de tanto sufrir”. La vida está llena de turbulencias, de sufrimiento, de resistencia, de frustraciones y finalmente, de persecución. Cristo nos lo advirtió: “Tiempo vendrá cuando deseareis ver uno de los días del Hijo del Hombre y no lo veréis” Hay veces en tu vida en que desearías estar ya en presencia del Hijo del Hombre, sin dolor, sin preocupaciones. Sin embargo, te levantas y aquí sigues. Permaneces en este mundo de amarguras y de decepciones. ¿Cómo es posible, me dices, que el Señor esté conmigo si me veo rodeado de toda clase

CUARTO DOMINGO DE ADVIENTO

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  La bendición de sentir la venida de Cristo en el sacramento de la Santa Cena. Epístola: 1 Corintios 11: 23-31 Así, pues, todas las veces que comiereis este pan, y bebiereis esta copa, la muerte del Señor anunciáis hasta que él venga. En estos bellos días del periodo litúrgico de Adviento estamos recordando la venida de Cristo, con poder y gloria, al mundo. Recordamos al Precursor, Juan el Bautista, que lo anunciaba al pueblo, preparando los caminos del Señor, conmemoramos el regreso de Cristo en el fin de los tiempos para jugar a los vivos y a los muertos, y sobre todo, recordamos la próxima Encarnación del Verbo en un bebé en Belén. Hoy, sin embargo, vamos a tratar de un, a menudo olvidadas en estas fechas: la venida diaria de Cristo en el sacramento de la Santa Cena y los efectos que ésta tiene en tu vida. A veces puedes pensar que Jesucristo por estar sentado a la diestra del Padre, allá en los cielos, está distante de ti; cumplió su objetivo, muriendo por ti en la Cruz y