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Mostrando entradas de octubre, 2022

DECIMONOVENO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD.

  Y corriendo delante, subió a un árbol sicómoro para verle; porque había de pasar por allí. Cuando Jesús llegó a aquel lugar, mirando hacia arriba, le vio, y le dijo: Zaqueo, date prisa, desciende, porque hoy es necesario que pose yo en tu casa. Lucas 19:1-9. Asciende a la Cruz salvadora. Zaqueo era un hombre poderoso. Se sentía con autoridad y mando. No en vano se había pasado buena parte de su vida coaccionando a los habitantes de Judea para que pagaran los exorbitados tributos que la República romana exigía a su población. No contento con ello, y aprovechando la ventaja que ofrecía Roma a los odiados publicanos, requería al pueblo una cuantía superior a la mandada por sus autoridades y llenaba sus bolsillos con la diferencia. Zaqueo era rico a costa de los otros. Zaqueo se creía intocable. Una mañana cualquiera debió escuchar un bullicio creciente que surgía de la entrada de la ciudad de Jericó. Al preguntar de qué se trataba, se percató de que estaba viniendo a esa urbe el

DECIMOSÉPTIMO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD.

El incomprendido amor de Dios. Y después que le hayan azotado, le matarán; mas al tercer día resucitará. Pero ellos nada comprendieron de estas cosas, y esta palabra les era encubierta, y no entendían lo que se les decía. Clama a mí, y yo te responderé, y te enseñaré cosas grandes y ocultas que tú no conoces. Lucas 18: 31-34. Para ti, ¿qué es el Evangelio?¿unas enseñanzas morales para ser una buena persona?¿unas guías que sigues en tu vida para que ésta sea fructífera? Jeremías entregó un mensaje de Dios a un abatido pueblo hebreo. Los hebreos estaban desconsolados, desesperanzados por la destrucción de su amada Jerusalén por parte del despiadado rey babilónico Nabucodonosor II. Una buena parte de ellos, principalmente de clases altas, había sido llevada por la fuerza a la opulenta pero pagana Babilonia, viéndose forzada a abandonar los ritos de sus padres. Imagina su desesperación. Dios había empleado a las fuerzas de los caldeos como azote para castigar a un pueblo que le h

DECIMOSEXTO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD.

  Ten tu seguridad en Cristo. Evangelio: SAN LUCAS 18: 18-30 Él dijo: Todo esto lo he guardado desde mi juventud. Jesús, oyendo esto, le dijo: Aún te falta una cosa: vende todo lo que tienes, y dalo a los pobres, y tendrás tesoro en el cielo; y ven, sígueme A veces seguro que te crees un buen cristiano: no eres adultero, no hurtas, no mientes, respetas a tus padres y a tu familia…Existe una expresión en algunos países de mentalidad católico-romana de que uno se puede ganar el cielo con sus obras. ¿Acaso no te portas bien diariamente con los tuyos?¿Acaso no colaboras en proyectos caritativos y ayudas al menesteroso cuando lo ves en apuros? “Tienes el cielo ganado” es otra expresión habitual que se lanza a favor de aquellas personas que sufren de todo en su vida y que con sus obras dan una lección de resistencia. Algo así estaba pensando el joven rico. Él se tenía por buen judío. No había dañado a nadie en su vida. ¿No sería justo que entrara en la vida eterna? Él acudió a Jesús