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Mostrando entradas de agosto, 2022

UNDÉCIMO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD.

  San Lucas 18:10-14. "Porque cualquiera que se enaltece, será humillado; y el que se humilla será enaltecido". Qué vergüenza de hombre. No merece ser llamado cristiano. Llamarlo hijo de Dios es un insulto a aquellos que como yo vamos a los oficios cada domingo, oramos cada día, damos nuestras ofrendas, cumplimos los mandamientos…¿Te son familiares estas expresiones?¿Has pensado así alguna vez? Fijándote en lo mal que hace el otro, te enorgulleces, queriendo o sin quererlo, de tus obras. Bajo una falsa piedad el fariseo se pone cerca del altar de Dios y da gracias al Altísimo por no ser como ese sucio publicano que ni ayuna ni da diezmos ni teme a Dios. El fariseo se juzga buen hijo de Dios. Con el pretexto de la buena obra, el fariseo se está colocando en la posición del propio Dios. ¿Acaso sabes cómo es el corazón de tu vecino como para que hables en esos términos peyorativos hacia él? ¿Tan seguro estás de tus obras que crees que han curado tu alma y que te servirán

DÉCIMO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD

  Y Abraham le dijo: A Moisés y a los profetas tienen; óiganlos.   Él entonces dijo: No, padre Abraham; pero si alguno fuere a ellos de entre los muertos, se arrepentirán.   Mas Abraham le dijo: Si no oyen a Moisés y a los profetas, tampoco se persuadirán aunque alguno se levantare de los muertos.   Lucas 16:19-31. Parábola del rico y de Lázaro. Es por algunos conocida la historia de un hombre poderoso, caracterizado por influir en las decisiones políticas y sociales hacia sus liberales posiciones. Él entrega ingentes cantidades de dinero a políticos y asociaciones amigas. Su liberalidad parece no tener límite. Este hombre rico vive lujosamente, sin preocuparse por lo que debe comer o por lo que debe vestirse. Es un anciano que no precisa de Dios porque no tiene falta de ningún bien material. Él puede comprar un parlamento entero. Tiene poder para ello. ¿Acaso no emplea su riqueza de manera altruista? Él no habla de pecado, sino de “libertad” ¿Para qué pensar en un Redentor si mi

NOVENO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD

  Lucas 16:1 1-10. 10  El que es fiel en lo muy poco, también en lo más es fiel; y el que en lo muy poco es injusto, también en lo más es injusto.   ¿En qué prefieres gastarte el dinero que tienes en tu cartera? ¿En un capricho para ti, un libro, una prenda de ropa, una comida sabrosa…? ¿o quizás en un regalo hacia un ser querido o en el pobre varón que pide menesterosamente en la calle? Es probable que en las veces en que has visto la necesidad de una persona que requiere tu auxilio has pensado automáticamente en la fantasía propia en que podrías gastarte ese dinero que ese necesitado precisa. Te estás preocupando tanto por tu sustento, tu vestido o tus deseos que estás olvidándote de que todo lo material que disfrutas en tu día a día pertenece a Dios, su creador. ¿Buscas las cosas de este mundo o las cosas de Dios en primer lugar? Yo te digo, hermano, hoy aquí, que todas tus posesiones materiales no son de tu propiedad. Son una creación de Dios, al igual que tú lo eres. Y,

OCTAVO DOMINGO DESPUÉS DE LA TRINIDAD.

  Y volviendo en sí, dijo: ¡Cuántos jornaleros en casa de mi padre tienen abundancia de pan, y yo aquí perezco de hambre!   18  Me levantaré e iré a mi padre, y le diré: Padre, he pecado contra el cielo y contra ti.   19  Ya no soy digno de ser llamado tu hijo; hazme como a uno de tus jornaleros.   Lucas 15: 11-32   En los días presentes es común el pensamiento de que para ser libre uno debe experimentar lo desconocido, soltarse las ataduras, libertarse de las normas familiares y de la iglesia. Hay que disfrutar de la vida y vivir el presente (carpe diem) sin importar el futuro. Seguro que has escuchado alguna vez recomendar por parte de algún hombre, padre o madre incluso, que se disfrute de la juventud y que se haga lo que se tenga por deseable en ese momento, sin impedimentos ni consejos. La libertad es para el mundo hacer o dejar de hacer, según su arbitrio, sin sujeto a más limite que no dañar a otro. Idéntico razonamiento tuvo que pergeñar el hijo menor.   Él había sido s