DOMINGO DE RESURRECCIÓN.
La tumba vacía es tu victoria.
Lucas
24: 1-12.
Es
necesario que el Hijo del Hombre sea entregado en manos de hombres pecadores, y
que sea crucificado, y resucite al tercer día.
¿Quién es realmente Jesús para ti? Muy temprano en la mañana tras el día de descanso, algunas mujeres, fieles a la memoria de su amado Maestro, acudieron a su tumba excavada en la roca con el fin de ungir su cuerpo con perfumes, según la costumbre de su pueblo.
Ellas, obedientes y devotas
hasta el fin, estaban tristes por la pérdida violenta de su Rabí. Fíjate en su
actitud: ellas no huyeron ni se escondieron por temor a los judíos rabiosos,
como hicieron los apóstoles, sino que se lanzaron a dar un sepulcro digno a su
maestro. Sin embargo, esa actitud tan entregada hasta el fin, escondía
realmente una ignorancia aparente sobre la verdadera identidad de Jesús de
Nazaret.
Todos sus discípulos habían escuchado
hasta la saciedad las profecías que Jesús lanzaba sobre su persona; Él explica
cada jornada quien era Él y a qué había venido a la tierra. En una de sus
conversaciones con Pedro, tras su famosa confesión cristológica, Jesús les
confesó que el Hijo del Hombre debe padecer mucho, padecer, ser muerto y
resucitar al tercer día (Lucas 9:22; Mateo 16:21; Marcos 8:31) Era necesario
que el Hijo del Hombre padeciera a manos de la casta religiosa de la época, más
resucitaría al tercer día. Posiblemente en aquel instante sus apóstoles no
comprendieron el significado de aquella revelación. ¿Cómo era posible que el Hijo
del Hombre padeciere y fracasara?¿qué era eso de resucitar al tercer día? Sus
ojos estaban ocultos por los deseos y creencias, erróneas, que en Palestina se
tenía por el Mesías y por el más desconocido título de Hijo de Hombre.
En el capítulo 7 del libro
de Daniel, Dios, el Anciano, entrega al hijo de Hombre dominio, gloria y reino,
eternos, que nunca pasarán. Jesús es éste Hijo de Hombre cuyo reino no es de
este mundo. En Daniel 9, se anuncia que el Mesías será muerto y nada
tendrá. Jesús es este Hijo de Hombre,
este Rey Mesías de un dominio eterno que será entregado y padecerá. Jesús era
todo esto pero mucho más.
Jesús les reveló a sus
apóstoles que Él entregaría su vida voluntariamente (Juan 10:17) siendo el
perfecto cordero de Dios que quita el pecado del mundo (Juan 1:29) Nadie se
acordó entonces de que Jesús era aquel que llevó nuestras enfermedades, aquel
que fue molido por nuestros, recibiendo el castigo que merecíamos y que gracias
a todo ese sufrimiento fuimos curados (Isaías 53:4-7) Él era el siervo
sufriente que siendo eterno como Hijo de Hombre se entregó voluntariamente por
tus pecados. Él debía morir pero resucitaría, venciendo a la muerte, porque su
reino y dominio son eternos.
Las mujeres no comprendieron
tales títulos sino hasta que aquella mañana estos varones les anunciaron que
Jesús había resucitado.
Ellas tenían buena voluntad
y amaban verdaderamente a Jesús mas no comprendieron quien era realmente hasta
su glorificación, hasta su resurrección de entre los muertos.
Resurrección de entre los
muertos. En ese momento sus ojos fueron abiertos a la Verdad.
¿Entiendes la verdadera
entidad de lo que hizo Cristo por ti?¿Sabes que tu destino era el castigo por
tus pecados más que Cristo tomó tu lugar? ¿Comprendes como cada uno de tus
pecados fue borrado?¿Eres consciente de la grandeza de la tumba vacía? Arrepiéntete
de tus pecados y serás renovado por la victoria del Señor sobre la muerte.
Piensa que la muerte ya no
tiene más poder sobre los hijos de Dios. No veas a Jesús solo como un mero
ejemplo a seguir. Míralo como tu Señor, como aquel que resucitó de entre los
muertos para darte la mano y liberarte del poder de la muerte y del pecado. No solo
cuando fallezcas, sino ya mismo. Que el pecado que es muerte y perdición no se
enseñoree sobre ti porque el Señor de todo los ha derrotado aplastantemente. La
fe es el ancla que te une a su victoria. La tumba vacía es tu victoria. Jesús
verdaderamente ha resucitado.
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