DOMINGO DE LA TRINIDAD
Nacer de nuevo.
Juan 3: 5-8
De cierto, de cierto te digo, que el que no naciere de agua y del Espíritu, no puede entrar en el reino de Dios. Lo que es nacido de la carne, carne es; y lo que es nacido del Espíritu, espíritu es. No te maravilles de que te dije: Os es necesario nacer de nuevo
¿Qué es esto del nuevo
nacimiento? Nicodemo, maestro de la ley y ciertamente simpatizante de Jesús,
cuestionaba a nuestro Señor sobre la contundente afirmación que acaba de
realizar.
La doctrina del nuevo
nacimiento es realmente, una de las doctrinas más esenciales del cristianismo.
A menudo oscurecida por el debate en torno a la justificación por la fe, a
veces olvidamos lo que Dios ha hecho en nuestra naturaleza. Imprescindible es
conocer y alabar lo que Cristo realizó por ti en la cruz y en el sepulcro, mas
hoy recordaremos lo que Cristo ha mudado en tu alma y en tu cuerpo, provocando
que nacieras de nuevo.
¿Por qué debes nacer de
nuevo? Lo necesitas porque tu naturaleza ha perdido la imagen de Dios. Dios
creó al hombre conforme a su imagen y semejanza, conforme a su justicia y
verdadera santidad. Dios al insuflar el aliento de vida a Adán le estaba
providenciando su propio amor, el ser humano inicial estaba pleno de amor y por
tal amor se regían todos sus pensamientos, palabras y acciones. Aunque fue
creado a imagen de Dios, el ser humano fue hecho mutable, porque solo Dios es
inmutable y perfecto. El hombre fue creado capaz de permanecer firme mas sujeto
a la posibilidad de caer. Dios lo previno de las consecuencias de la
desobediencia. Y aún así cayó, muriendo para Dios y viviendo para el mundo.
Adán quería ser gobernado por su propia voluntad y no por la del amoroso Dios
que le creó. El hombre queda sumergido en el orgullo desde entonces. Nace bajo
la maldición del pecado y de la corrupción. Por ello precisas de un nuevo
nacimiento.
¿Pero, cómo debes nacer de
nuevo?¿sabes si ya has nacido espiritualmente? Esta pregunta tiene la mayor
trascendencia concebible.
Es claro que tu ya tuviste
un día de nacimiento carnal. Antes de tu nacimiento, eras un bebé que teniendo
ojos no veía. No conocías el mundo. De la misma manera, una persona antes que
haya nacido de Dios no tiene relación con Él, no lo conoce, vive su vida como
si no existiera. Tal persona desconoce las cosas espirituales. Las desprecia o
simplemente las ignora. Mas en cuanto nace de Dios, cambia totalmente su
perspectiva de vida. Se le abren los ojos del entendimiento de lo de arriba.
Recibe la iluminación de la gloria de Dios. Siente en su corazón el poderoso
obrar del Espiritu Santo. Siente y sabe que siente la paz que sobrepasa tood
entendimiento. Siente tanto el amor de Dios en su corazón que inevitablemente
mira a las personas a su alrededor con otra visión, las mira con más ternura,
con más amor. Sabe distinguir lo que está bien y lo que está mal, dejándose llevar
siempre hacia el lado bueno. Vive una vida extraña para el mundo, donde la
justicia siempre es retributiva y que exige mirar hacia sí mismo primero. La
justicia del nuevo nacido es obrar siempre con el bien, aunque haya recibido
mal. La Gracia desciende hasta su corazón, mientras que la oración y la
alabanza ascienden al cielo. Se transforma el orgullo en humildad, la pasión en
mansedumbre, el odio, la envidia y malicia por un amor sincero y desinteresado
por todas las personas.
Dios restaura la imagen
quebrada por el pecado en ti, por medio de Jesucristo. Esta santidad te enseña
a ser intachable en cualquier conversación, ofreciendo cualquier acción, palabra
o acción como un sacrificio aceptable a Dios por medio del Hijo. Es un caminar
continuo con el Santo Espíritu. Sin tal santidad nadie verá al Señor.
¿Has nacido de nuevo?
Comentarios
Publicar un comentario